Cuatro años de cinismo, corrupción y violencia…
Opinión de Isael Pérez Olivier
Con el hallazgo de seis cabezas humanas cercenadas y localizadas en Ixtacuixtla, cuya autoría se adjudicó un grupo del crimen organizado; con un funcionario estatal prófugo de la justicia por haber creado células delictivas de internos en el CERESO de Tlaxcala; con una balacera en pleno centro de la capital del estado; con la confirmación de la compra al doble de su valor comercial de diez camionetas de lujo blindadas para el uso exclusivo de su familia; con una creciente desaprobación ciudadana a su administración; con un viaje de placer a Guatemala y hasta con una gris participación en la Mañanera del Pueblo, pero sobre todo, con un cinismo pocas veces visto, así es como festejó el cierre de su cuarto y el inicio de su quinto año de gobierno, la tristemente célebre, Lorena Cuéllar Cisneros.
Sí, damas, caballeros y personas de los géneros no binarios, ya pasaron cuatro años desde aquel 31 de agosto de 2021, día en el que, en Tlaxcala, todo cambiaría, con la llegada de la segunda mujer gobernadora y la más votada de toda la historia del mundo mundial. O al menos, eso fue el humo que nos vendieron.
De acuerdo a ese discurso embustero, los regímenes perredistas, panistas y priístas, que tanto daño nos habían hecho, por fin, ya eran cosa del pasado. Atrás habían quedado los sexenios de los veterinarios ambiciosos, de los caciques universitarios, de los hacendados malhumorados y de los intelectuales desabridos, porque Cuéllar, bajo el eje horizontal de los principios del No Mentir, No Robar y No Traicionar, tomaría el timón de la administración pública para reorientar el rumbo del estado.
Pero, ¡Oh, Sorpresa!, la cura que nos recetó la 4T para todos nuestros males, se convirtió en la verdadera enfermedad; sí, una que nos ha sumido en una grave crisis de inseguridad y que nos provoca dolor, angustia, miedo, enojo y desesperación.
Sí, ya sé. Nada podemos hacer para frenar el desastre, solo queda esperar a que pase el tiempo y desear que, a su salida, se vayan con ella sus socios de los grupos “Morelos” y “Puebla”, que mantienen el control de dependencias gubernamentales y de la obra pública, pero, sobre todo, aquellos que han sembrado la violencia en las calles y nos mantienen rehenes del miedo en nuestros hogares. Aunque se ve harto difícil, que estos últimos dejen la plaza. En fin.
Como quiera, a este drama político y social que vivimos ya solo le quedan dos añitos. Rece Usted para que no vengan cosas peores, porque ya se enfilan para el puesto, otra dama de fina estampa y abrigos exóticos, un “Pañalón” o su esposa, y hasta dicen por ahí, que un burrillo sabanero.
Pero mientras tanto, —¡Híjole, qué le digo!—. Como coloquialmente, se dice: “Nos tocó bailar con la más fea”. Así es que, a disfrutar lo votado…
¡Se tenía qué decir y se dijo!
Las breves de la semana…
Justicia divina. Porque Usted así lo decidió en las urnas, a partir de ya, estrenamos Jueces, Magistrados y Ministros del Poder Judicial del Bienestar. Una nueva era de impunidad para el grupo en el poder. ¡Que el Creador nos agarre confesados¡…
Sheinbaum elogiando a Cuéllar. Ya perdí la esperanza en el gobierno federal. ¿Y Usted sigue creyendo que Claudia saldrá al rescate de Tlaxcala?…
Hasta la próxima… Y ojalá para entonces el expresidente municipal de Santa Ana Chiautempan Gustavo Jiménez Romero, ya haya solventado parte de los 112 millones de pesos observados a su administración por parte de la Auditoría Superior de la Federación. Bueno, o al menos parte de los 11 millones de pesos que le detectó como probable daño patrimonial el Órgano de Fiscalización Superior, solo durante los dos últimos meses de su gestión.