El oscuro rastro de las Blindadas de Cuéllar…
Opinión de Isael Pérez Olivier
Al parecer, la adquisición de las diez camionetas de lujo blindadas por parte de la administración Cuéllar, escaló a otro nivel. Atrás quedó el escándalo por la compra al doble de su valor comercial o la adjudicación directa que le otorgó a la empresa “Epel”; también, el hecho de que se reservó la información del contrato para que no se conozcan sus pormenores, sino hasta el 2030; y, por supuesto, que las unidades están destinadas a la seguridad de las hijas y los nietos de la gobernadora. Ahora, todo eso que ya sabíamos, está en un segundo plano y cobra notoria relevancia esa inusual transacción, ante la posibilidad de formar parte de una operación más grande; una, que tomando en cuenta los antecedentes de la cuestionada empresa, señalada por el gobierno de los Estados Unidos de lavar activos, le da un giro de 180 grados, no solo a ese caso en concreto, sino a todo el manejo del erario estatal.
Sí, damas, caballeros y personas de los géneros no binarios, tras conocerse el estatus que tiene esa empresa en la lista negra del gobierno norteamericano, que ya le costó a uno de sus socios la cancelación de su Visa, la pregunta, es: ¿Cuántos de los diez mil millones de pesos que supuestamente se han invertido en seguridad en los cuatro años de la administración Cuéllar, fueron a parar a las cuentas bancarias de esa u otras empresas con las mismas supuestas actividades ilícitas?. Y dejo constancia de que es solo una pregunta y no una acusación, para no herir la susceptibilidad de quienes forman parte de la red de complicidades que se niega a toda costa a transparentar el destino del dinero público.
La irregular adquisición de esas diez camionetas Chevrolet Suburban High Country, con blindaje nivel B6, de 13 capas de acero balístico, con un costo total de 56 millones 259 mil pesos, encendió las alarmas en Tlaxcala y despertó el interés de la prensa nacional que abordó el tema del uso discrecional de los recursos públicos y la falta de transparencia en la administración lorenista, y ayudó a desvelar posibles nexos entre la empresa Epel S.A. de C.V., vinculada a Eduardo Margolis, personaje investigado en Estados Unidos por presunto lavado de dinero y corrupción, con altos funcionarios del gobierno del estado. ¿Verdad, Luis Antonio Ramírez Hernández?.
¡Ajá!. Con el Secretario de Gobierno, que me aseguran, ordenó la compra directa. Pero, si alguna duda tiene Usted sobre lo anterior expuesto, pues entonces pregúntele directamente al cuasi Notario Público y todavía titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública Maximino Hernández Pulido, ¿Quién se encargó de elegir al proveedor y quién le dio la indicación de firmar la entrega?. Sí, a él que es uno de los encargados de la gestión de negocios de la gobernadora Cuéllar. Y digo, uno, porque el otro, y el más importante, dicen fuentes de muy digno crédito, “es el que opera desde el interior de La Casa de Gobierno, que autoriza las compras mayores a doscientos mil pesos para las demás dependencias estatales. Por eso es que ya no sale a las giras”.
¡Claro!, porque como ocurre en los casinos: “la casa nunca pierde” y la gobernadora Cuéllar ha guardado silencio ante los cuestionamientos y señalamientos de opacidad y corrupción en el manejo de los recursos públicos, y seguramente, lo mismo hará para no explicar los nexos de la empresa “Epel” con uno de los funcionarios de su administración.
¡Caray!. Sí, ya sé. Necesitamos un gobierno que enfrente la inseguridad con estrategia, no con camionetas de lujo blindadas y menos con opacidad. Es obligación de los gobernantes rendir cuentas, no que se oculten tras el acero balístico que le vendió a sobreprecio una empresa de dudosa reputación. Pero qué quiere Usted. Es lo que hay y punto. A disfrutar lo votado…
¡Se tenía qué decir y se dijo!
Las breves de la semana…
Tlaxcala, la burla de todos a nivel nacional. Gracias al Secretario de Turismo Fabricio Mena Rodríguez, que ordenó colocar unas lonas monumentales con próceres mutantes y símbolos patrios con un emblema de otro país. Y que no me diga el funcionario, ya conocido como el “12 Uñas”, que: “todo estaba fríamente calculado y que no panda el cúnico”, porque todo formó parte de una campaña de promoción turística. Pamplinas…
Las encuestas. Reflejan que el 70 por ciento de los tlaxcaltecas consultados, desaprueban la gestión de Lorena Cuéllar. Mientras que, en la carrera por la sucesión gubernamental, la dama de fina estampa y abrigos exóticos, continúa a la cabeza; seguida del “Puñalón”. Perdón, del “Pañalón”. Y empieza a despuntar o al menos ya figura dentro de los estudios demoscópicos el “Caballo Sabanero” o “Burrito Negro”, como guste Usted identificarlo, que va con un trote constante. Vamos a ver si le alcanza para colarse a las primeras posiciones…
Otra vez. A la Fiscalía General de Justicia a cargo de Ernestina Carro Roldán, le dieron palo en un tribunal de alzada, al determinar que hubo incongruencias en el proceso, vicios de fondo e insuficiencia de pruebas por parte del Ministerio Público para acreditar el delito de homicidio calificado en coparticipación, del que se le acusa al expresidente auxiliar Saúl Rosales Meléndez, en el caso del linchamiento de un masculino en San Pedro Tlalcuapan. Ver para creer…
Hasta la próxima. Y ojalá para entonces, los tres distinguidos abogados, miembros fundadores de Morena en Tlaxcala: Anel, Max y “Clavillazo”, ya estén en funciones de Notarios Públicos. Muy merecido se lo tienen. Y no empiecen a decir que, el Licenciado Valentín a través de su hermana Lulú, cobró “el apoyo” que le dieron a la chaparrita cuando hizo campaña para la alcaldía de Tlaxcala. O que, al hijo de su padrino, le dio una patente porque le voló su Visa cancelada a la candidata del PRI para que ella la pudiera exhibir en un debate; y menos, que el exsenador panista, la obtuvo, gracias a los buenos oficios de doña Bety, durante el viaje a Guatemala…