
El Bestiario…Tlaxcala…El relato oficial que se derrumba ante la realidad
Opinión de Edgar García Gallegos
Hay casos que han cimbrado Tlaxcala y ponen en duda la narrativa que, por años, ha sostenido el gobierno de Lorena Cuéllar: que no hay delincuencia organizada en el estado y que quienes lo visitan lo describen como un paraíso.
Y si bien los números más recientes, presentados en la Mañanera y respaldados por la gráfica oficial de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, muestran que Tlaxcala registra una de las cifras más bajas de homicidios dolosos a nivel nacional durante el periodo enero–agosto de 2025 (en comparación con el mismo lapso de 2024), y que esto permite ubicar a la entidad en el bloque de estados con menor incidencia —junto con Aguascalientes, Campeche, Durango y Yucatán—, la gente en las calles dice otra cosa.
El dato oficial refleja que Tlaxcala, pese al clima nacional de violencia, se mantiene en el grupo con menor tasa de homicidios dolosos. Aunque el indicador no ha descendido de forma drástica, la tendencia es estable, con una ligera reducción, lo que podría interpretarse como un control sostenido en comparación con otras regiones del país.
Sin embargo, durante el pasado fin de semana, fuerzas federales y estatales aseguraron una casa de seguridad en el municipio de Santa Cruz Tlaxcala, logrando la detención de dos presuntos integrantes de un grupo criminal, además del decomiso de droga, un vehículo y material con insignias vinculadas a una organización delictiva de Jalisco.
Este hecho pone, una vez más, en duda el texto gubernamental que insiste en que en Tlaxcala no hay delincuencia organizada, sino común. En su momento, el titular local de la Sedena minimizó la situación, señalando que se trataba de “simples malandros”.
También el secretario de Gobierno, Luis Antonio Ramírez, ha mantenido el mismo discurso: mientras no exista una resolución jurisdiccional que así lo acredite, no se reconocerá que ésta existe en Tlaxcala.
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