Señorío Tlaxcalteca… Crónica de un reino que se desmorona en cámara lenta
Opinión de Martín Ruiz
Hoy, ya con el ánimo decembrino amanecí de buen humor, lo cual es raro, esperando con ansías (ni yo me la creí) el 4º. Informe de Gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros, para conocer el balance de lo realizado o inventado durante 2024, según usted lo juzgue o lo vea, porque en Tlaxcala como en todo el país, hay “libertad de expresión como nunca”, dice la Presidenta y uno puede hablar sin restricciones de nuestros gobernantes. Con un poco de ironía:
Bienvenidos al inicio del capítulo final de la telenovela que nunca pidió audiencia nacional, pero que los tlaxcaltecas se han tragado entero durante 4 años: “Lorelandia”, donde todo es perfecto… hasta que alguien enciende la luz.
Han sido cuatro años que la mayoría de los tlaxcaltecas quisieran olvidar, nunca volver a padecer, y faltan dos, más bien meses, ungida la o el candidato a la gubernatura por Morena, que dicen todas las encuestas repetirá en la gubernatura, la mandataria Cuéllar Cisneros tendrá que empezar a poner en orden el changarro porque habrá un par de ojos que la vigilará cuidadosamente.
Dicen que, érase una vez una gobernadora de Tlaxcala que llegó en 2021 siendo la más votada, con el discurso de la Cuarta Transformación en la punta de la lengua y una legión de secretarios (foráneos nefastos), subsecretarios, directores, coordinadores y asesores que le juraban lealtad eterna, con el tiempo, algunos de ellos ya fueron removidos, reciclados y otros se dieron a la fuga impunemente con una pequeña “ayudita”, pero su pasado los perseguirá siempre.
Se acerca el momento en que sonará la campanada del adiós, esa legión de servidores públicos, debiluchos (no tanto, a unos se les ve muy repuestos en la panza), pasmados, ineficientes, simuladores y traicioneros, se han convertido hoy en día en un batallón fantasma: nadie defiende, nadie contesta con la verdad, nadie aparece si no se les autoriza.
Aparecen esporádicamente en la foto o tirados alcoholizados en la calle. Otros, andan en eventos VIP y “regando el tepache” con cada ocurrencia que hacen u organizan que da más risa que La Vecindad del Chavo, así como la Conmemoración de los 500 años de la fundación de la ciudad capital.
Unos más están revisando sus nuevas propiedades y cuentas bancarias para saber que ya están lo suficientemente “gordas” para “aventar el arpa” antes de tiempo y evitar la quema generalizada. Y finalmente, otros, ocupados en campañas políticas anticipadas e ilegales, porque les hicieron creer que eran los “elegidos” para la grande del Estado.
La columna completa, aquí:
Crónica de un reino que se desmorona en cámara lenta – Señorio Tlaxcalteca