
Vértice Político… Justicia a modo: la “línea” en la elección del Poder Judicial
Opinión de Aurora Solís
Estamos por enfrentar una de las decisiones más trascendentales para la vida pública de Tlaxcala: la elección de quienes integrarán el Poder Judicial. Y aunque este proceso debería estar guiado por principios de transparencia, experiencia jurídica y compromiso con el Estado de Derecho, lamentablemente lo que observamos dista mucho de ese ideal.
Recientemente, se ha hecho público lo que muchas personas dentro del propio gobierno del estado ya comentaban en voz baja: que desde las oficinas más altas del Ejecutivo se está “bajando línea” para favorecer a perfiles afines al grupo político de la gobernadora Lorena Cuéllar. Lo alarmante no es sólo la interferencia del poder político en un proceso que debería ser autónomo, sino la baja calidad de los perfiles promovidos.
Para el cargo de magistrado, por ejemplo, se ha inscrito un personaje cuya trayectoria profesional es prácticamente inexistente. En lo que respecta a la designación de jueces, la situación no mejora: se han propuesto personas sin experiencia en el litigio ni en la administración de justicia, cuya única cualidad pareciera ser su cercanía con la gobernadora. Se habla incluso de aspirantes que habrían obtenido sus títulos de manera poco clara, sin cursar estudios formales o sin cumplir con los requisitos básicos que exige la ley.
La preocupación entre las y los abogados litigantes no es menor. ¿Cómo confiar en un sistema de justicia donde quienes imparten sentencias no conocen el proceso, ni los códigos, ni los principios fundamentales del Derecho? ¿Cómo esperar imparcialidad y conocimiento si quienes ocupan los cargos lo hacen por padrinazgo y no por mérito?
No es un secreto que la gobernadora ha operado de esta forma durante todo su mandato. Ha colocado a sus cercanos en puestos clave, sin importar su preparación. Sin embargo, esa fórmula ya no le está funcionando. La ciudadanía está cansada, decepcionada y profundamente indignada por la forma en que se han tomado decisiones al margen de la legalidad y del sentido común. Lo que está en juego no es un cargo más, sino la independencia del Poder Judicial y, con ello, la posibilidad de que Tlaxcala cuente con una justicia verdaderamente profesional y equitativa.. Los próximos días serán cruciales. La sociedad civil, los colegios de abogados, las organizaciones ciudadanas y todas las personas interesadas en la democracia debemos alzar la voz. No podemos permitir que el Poder Judicial se convierta en un espacio de cuotas y favores. Porque una justicia a modo no es justicia: es complicidad institucional.
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