Las mayorías son las que dominan el escenario, pero pueden darse circunstancias en el que el grupo minoritario se encuentre en una posición ventajosa con respecto a la mayoría.
Así como un sistema democrático mayoritario no brinda todas las garantías constitucionales respecto de los derechos y privilegios de la minoría, más allá de los derechos políticos primordiales a que deben aspirar, estos sistemas también son incapaces, por sí solos, de impedir que una minoría, inflija daños a una mayoría.
La “tiranía de las mayorías” es un concepto acuñado por el liberal Alexis de Tocqueville en su crítica “La democracia en América” de 1835, no sin antes partir de una premisa fundamental: “La voluntad de las mayorías es el origen de todos los poderes.”
Actualmente no podría entenderse un sistema democrático sin la protección de las minorías, pero aquí sí advirtiendo que, la minoría tiene como límite la preservación de los derechos comunes primordiales y esenciales del mayor número de ciudadanos, pero bajo el respeto de los demás y la aceptación plural de los intereses del grupo social, de lo contrario, éstas podrían abusar de las oportunidades que tengan para vetar las decisiones mayoritarias y que exceden al grupo mayor de intereses que aglutina. ¿Hasta qué punto es permisible que una minoría objete planes o acciones de gobierno que excede a estos intereses?
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