La corrupción, la impunidad y la nueva mafia en el poder…
Opinión de Isael Pérez Olivier
Malos tratos, hostigamiento, actos de intimidación y amenazas, además de una burla constante por parte del personal penitenciario hacia las personas privadas de su libertad; fue el resultado que arrojó la denuncia pública de Ventura N., sobre la amplia red de corrupción en los Centros de Reinserción Social de Tlaxcala, que va, desde las extorsiones para brindarles protección y la creación de células delictivas de internos que salían a realizar robos a gasolineras, hasta la probable ejecución de un recluso en su celda y la planeación para privar de la vida a otro individuo. Todo lo anterior, orquestado y ordenado por al menos un funcionario de la administración Cuéllar, que se encuentra prófugo de la justicia. ¡Claro!, gracias a las facilidades que le brindó el propio gobierno del estado. —Y digo, que al menos un funcionario— porque como ocurre en estos y otros casos, la corrupción va por capas. Custodios que se reportan con comandantes, comandantes con administrativos de mayor jerarquía, estos con sus directores, y a su vez, ellos, con los de mero arriba, que son los más interesados en lograr que el caso quede en el olvido.
Sí. Damas, caballeros y personas de los géneros no binarios, porque ese negocio de los CERESOS en Tlaxcala —según estimaciones que filtraron a la prensa local—, les estaría dejando, no solo a uno, sino a varios funcionarios lorenistas, poco más de dos millones y medio de pesos al mes, solo por concepto de renta de aparatos celulares y cobro de cuotas a los internos. ¡Ajá!, eso sin contar los ingresos que les reportaría la venta de drogas y otras actividades como el robo a gasolineras, y vaya Usted a saber que otras actividades realizadas al margen de la ley.
Obvio, es un negocio redondo, desde donde se le quiera ver, que genera altos ingresos y pocos riesgos para sus operadores y que se vio afectado por la denuncia de un interno que se atrevió a ponerles nombres y rostros a los delincuentes de cuello blanco que actúan desde las entrañas del poder y con toda la protección institucional.
Y esto es así, porque el mismo gobierno, hace más de un mes, primero, lo intentó negar todo, desacreditando al denunciante, bajo el argumento, de: “¿Quién le va a creer a un preso?”, y con la amenaza de aplicarle sanciones si no era cierto su dicho. Sin embargo, ante la presión pública sobre el tema y tras admitir que ya era prácticamente imposible seguir con esa farsa, la administración Cuéllar intentó convencernos para que tuviéramos confianza en las investigaciones, garantizando para ello, que esta vez, el funcionario no se les daría a la fuga y que enfrentaría cualquier responsabilidad legal, lo que ya sabemos, no ocurrió, pues al exdirector Juan Antonio N., le informaron oportunamente sobre las órdenes de aprehensión que se habían librado, tanto en su contra como para uno de sus más cercanos colaboradores, a quien por cierto, la Fiscalía logró capturar.
Es por eso, que notoriamente decepcionados, devastados en su ánimo y quebrantados en su espíritu, los familiares, no solo de Ventura N., sino de otras personas privadas de su libertad, lo único que piden es que paren el hostigamiento y la intimidación sobre los internos por parte de las autoridades penitenciarias. Es más, admiten que el denunciar la corrupción que impera al interior de los CERESOS, en un acto de desesperación, es una locura y un error, pues esa situación nunca va cambiar, o al menos no, mientras Lorena Cuéllar Cisneros, siga siendo la gobernadora.
Pero, —pregunto— ¿Qué se puede esperar de un gobierno que en los hechos sí miente, sí roba y sí traiciona?. Cuya jefa del Ejecutivo juró guardar y hacer guardar las leyes —solo para su beneficio y conveniencia—. Porque sabe perfectamente lo que está pasando dentro y fuera de los CERESOS y lejos de imponer el orden, ignora los reclamos ciudadanos y refuerza su seguridad personal y la de su familia, con diez camionetas blindadas de 13 capas de acero balístico. Y nada más.
Sí. Ya sé. A Cuéllar siempre le ha valido Barriga señor pistola lo que pase en Tlaxcala. Me queda claro…
¡Se tenía qué decir y se dijo!
Las breves de la semana…
Mitofsky revive muertos. que no hay forma de establecer como algo creíble, los resultados de la casa encuestadora que, en este mes, coloca a la de Tlaxcala entre los 10 gobernadores mejor evaluados de todo el país. No sé cuántos ceros le costó al erario estatal ese favor; pero lo que sí sé, es que ese estudio demoscópico contrasta con la percepción de los tlaxcaltecas. Basta y sobra ver en redes sociales los comentarios, casi siempre subidos de tono, que se refieren a su pésimo desempeño al frente del gobierno. En fin, cada loco con su tema…
La mala racha en Chiautempan. Primero, con Toño Mendoza: luego, con Héctor Domínguez; más tarde, con Gustavo Jiménez, y cuando pensábamos que ya lo habíamos visto todo, llegó Blanca Angulo. Sí, la actual alcaldesa del municipio sarapero que ya dejó de cumplir sus compromisos contractuales con proveedores y con empresarios de la construcción, bajo el argumento poco creíble, de que ya no hay recursos del presupuesto 2025. O al menos, eso les informan a los acreedores, que, en respuesta, ya dejaron de suministrar algunos bienes y servicios. No cabe duda, “Doña Lencha” trae las uñas largas y el colmillo bien retorcido…
Dicen, que, al alcalde de Amaxac, no solo se le voltea el calcetín sino también el águila de la bandera nacional que ondeó orgullosamente de cabeza, durante la celebración del Grito de Independencia. ¡Carajo!. “El Mau” dio positivo para el síndrome “Fabricio Mena”, que se caracteriza, por la forma en la que las autoridades se ridiculizan por su ineptitud…
Hasta la próxima. Y ojalá para entonces, España, a nombre de Hernán Cortés, ya se haya disculpado con “El Pañalón”, por el error que cometió el representante de la corona durante la época de la conquista, al haber planeado deliberadamente la Ciudad de Tlaxcala en una zona baja, que hoy es la principal causa de las constantes inundaciones. Y no solo eso, sino que también espero, que el presidente del gobierno de aquel país, Pedro Sánchez, ya se haya hecho responsable de la reparación de los daños y perjuicios ocasionados, destinando para ello, algunos cientos de millones de euros para adecuar el sistema de alcantarillado y drenaje en la zona centro, como condición para que el aspirante al gobierno del estado por Morena, le otorgue el perdón del ofendido. Y sí no, pues entonces, que los españoles se atengan a las consecuencias. ¡He dicho!…