Por Martín Ruiz
Conforme pasan los días y se acerca el día de los nombramientos de los futuros funcionarios municipales, empiezan a surgir evidencias de acuerdos impensables y traiciones que se pactaron durante las recientes campañas electorales con tal de ganar el poder.
Dicen que la inminente designación del priista José Vicente Hernández Roldán en una dirección importante en el ayuntamiento de Apizaco confirmará el pacto que estableció entre el grupo del aún diputado federal, Mariano González Aguirre, con el alcalde electo de la ciudad rielera, el hoy morenista Javier Rivera Bonilla.
La intención de esa perversa alianza, según nos dicen, fue favorecer desde Morena a un grupo político de ex priistas y para frenar el avance de ciertas figuras como sería el caso de la diputada local Lorena Ruiz García.
Durante el proceso electoral, los marianistas habrían pactado apoyar a Rivera Bonilla a cambio de que éste operara a favor del candidato del PRI a la diputación local por el distrito 4 con cabecera en Apizaco, Emilio Sánchez Rivera, pues ambos proyectos coincidieron en que era necesario evitar la llegada de la morenista Lorena Ruiz al Congreso del Estado, quien en caso de ganar se perfilaría naturalmente para convertirse en la aspirante a la alcaldía para el 2027.
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Amores perros y traiciones palaciegas – Señorio Tlaxcalteca (e-consulta.com)