Blog de Martín Ruiz.
El vacío de poder en Tlaxcala cada vez es más evidente y claro. Tlaxcala está convertida en una entidad sin ley.
Los presidentes municipales andan armados y cómo vulgares mafiosos utilizan a los elementos de la policía para custodiarlos, avalar sus excesos y abusos de poder, así como para intimidar a ciudadanos y a familiares.
El Estado de Derecho es una falacia en Tlaxcala, uno de los estados más seguros del país, donde por desgracia no sólo es necesario cuidarse de las bandas criminales que operan con total impunidad, sino de los presidentes municipales que con copas de más, se sienten poderosos y dueños de todo, pues no hay nada ni nadie que les aplique la ley y les ponga un alto a sus tropelías, arbitrariedades, desmanes y atropellos que pese a éstos están grabados y expuestos en las redes sociales.
El pasado fin de semana nuevamente la entidad fue noticia por los escándalos que provocaron los presidentes municipales de Tzompantepec y Cuapiaxtla, el priista Manuel Ramos Montiel y el verde ecologista Antonio Romero Rodríguez, respectivamente, quienes presuntamente bajo los estímulos del alcohol cometieron abusos de poder que deben ser sancionados.
La columna completa, aquí:
Escándalo tras escándalo en Tlaxcala – Señorio Tlaxcalteca (e-consulta.com)