Por Martín Ruiz.
Una vez que salió a la luz el proyecto de concesionar un tramo carretero de más de 22 kilómetros que irá de Calpulalpan pasará por Xaltocan y concluirá en Tlaxco para entroncar hacia Chignahuapan, Puebla, veremos qué tan diestro y avezado es el gobierno lorenista y los empresarios beneficiados para llevar a buen fin ese proyecto que, si no es manejado adecuadamente, podría terminar como el Autotrén que se anunció y que no se ve para cuando se vaya a concretar.
El proyecto de la concesión es un asunto que desde hace semanas venía trabajando el secretario de Gobierno, Luis Antonio Ramírez Hernández, quien si bien dice que ya tiene en la bolsa el voto de los diputados y las diputadas por la operación de Marcela González Castillo, presidenta de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso del Estado, lo cierto es que al parecer se tiene descuidado un asunto clave para que la construcción de ese nuevo tramo carretero se haga una realidad y que tiene que ver con el derecho de vía.
Seguramente habrá propietarios de terrenos que serán afectados por el trazo y éstos no aceptarán a la primera vender sus propiedades, de ahí que es probable que haya inconformes y que surja un movimiento para defender las tierras, el cual si no es manejado y abordado correctamente se puede complicar más de lo que se imaginan.
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Las concesiones que vienen para Tlaxcala – Señorio Tlaxcalteca (e-consulta.com)