Por Roberto Nava
Leer las recientes declaraciones que la Gobernadora Cuéllar emitió en la prensa local me pusieron la piel chinita, sobre todo porque a mitad de camino se dio cuenta hasta apenas que los tlaxcaltecas estamos en manos de un gabinete improductivo.
Coincido con la jefa del ejecutivo local al reconocer que el éxito de su gobierno depende de quienes le acompañaran en el gabinete, “un gobierno tiene que saber elegir a un gran equipo”.
Lo cierto es que a tres años de distancia la Gober al fin admitió que se equivocó en la designación de much@s de ellos.
Ahora resulta que el o la gobernante en turno debe ser una persona especial, casi tocada por la mano del ser supremo, Dios, Tlatoani, Chamán o algún brujo de ocasión para dar resultados en cargos públicos.
La finalidad para que; “…podamos trascender, trascender en lo que hagamos, que no seamos del montón, que seamos especiales”.
¿no qué no había tlaxcaltecas de primera, segunda, tercera, cuarta y quinta?
Entiendo la enorme responsabilidad para poder seleccionar a las personas que fueron designados en puestos claves de la administración pública estatal, sin embargo, no entiendo si fueron evaluados por sus cualidades, que no creo porque much@s de ell@s le han quedado a deber a Tlaxcala.
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