Por Rubén Ortiz Cabrera
Para el niño, su primer día en la escuela, no es una experiencia más, es una experiencia que añade una nueva dimensión a su vida, la cual nunca volverá a ser la misma. En la escuela tiene que enfrentarse solo a un mundo completamente distinto de su familia, cuyo propósito declarado es potenciarlo como persona, educando su mente y su sensibilidad y tiende a formarse un concepto de la sociedad, basándose en sus vivencias escolares, creándose así los cimientos sobre los que descansará la totalidad de sus posteriores experiencias pedagógicas: son los primeros contactos con el aprendizaje, que es decisivo para la formación del concepto de sí mismo como parte de la sociedad y sacará la conclusión de que en ella tendrá éxito.
Saber leer tiene una importancia tan singular para la vida del niño en la escuela, sella el destino de su carrera académica. Lo que ha experimentado en el momento en que se le enseña a leer, sólo es una preparación para aprender en serio; nada tiene tanta importancia como la lectura, cuya trascendencia no tiene paralelo. Cuando el impacto del hogar es negativo el maestro es factor importante; al presentarle la lectura y la literatura su valor y su significado, para que le parezca una experiencia interesante, valiosa y agradable, El niño se enorgullece de ser capaz de leer algunas palabras, pronto se marchita cuando los textos que el niño debe leer, le obligan a releer, convirtiéndose en un vacío aprender de memoria un contenido sin significado.
Desde el principio mismo el niño debe aprender a disfrutar de la literatura y a beneficiarse de lo que ésta puede ofrecerle.
Un niño que se le haga leer: “el burro corre”, “el burro es de color café”,” el burro come” y babadas peores, no se le está guiando hacia el dominio de la lectura, pues lo que se le obliga a leer no es literatura, toda vez que en tal caso carece de todo interés y resulta aburridísimo y constituye un insulto a la inteligencia del niño.
Los niños reconocen que el ejercicio repetido, puede ser necesario para adquirir ciertas habilidades, por ejemplo aprender a descifrar, estos periodos de práctica son necesarios y se supera esta fase a mediados o finales del primer grado. Los niños esperan que venga algo aún más interesante. En este punto crucial es donde se encuentran carencias de lecturas y se pretende que los ejercicios repetitivos se puedan disfrutar, (características de los métodos pedagógicos que actualmente se emplean), destruyendo a menudo la capacidad infantil de disfrutar de la lectura y la literatura.
Los niños adquieren el gusto de la lectura, cuando sus padres les leen libros en voz alta, así aprenden a amar a los libros y se aplican con gran interés y luego empiezan por su cuenta a escoger palabras, de esa manera el niño se enseña así mismo a leer.
A los niños que adquieren gran interés por la lectura en casa, les es fácil leer en la escuela y la mayoría de ellos más adelante son buenos lectores y a la larga personas cultas. La lectura debiera hacerse siempre por interés o por el valor intrínseco de lo que se lee. El aprendizaje de la lectura debe dar al niño la impresión de que a través de ella, se abrirán nuevos mundos ante su mente e imaginación.