Por Edgar García Gallegos
La mayoría de ponentes en la Cumbre Mundial de Comunicación coincidieron en algo, el PAN y el PRI se reconstruyen o desaparecen como el PRD.
Roy Campos presentó números que vaticinaban el fracaso en las urnas, pero sobre todo el distanciamiento de la candidata presidencial de los panistas y priístas. Muchos de estos votaron por los abanderados de sus partidos a otros puestos de elección popular, pero se fueron con la morenista Claudia Sheimbaun en la presidencial.
Y Tlaxcala no fue la excepción.
Mucho tiene que trabajar el Partido Acción Nacional (PAN) para volver a ser opción ante el electorado. No se ve que pueda hacerlo en las elecciones intermedias federales de 2027 y eso, irremediablemente, le pegará en lo local con la elección de la gubernatura, los 60 ayuntamientos y la renovación del Congreso del Estado.
¿En el caso de Tlaxcala qué tendría que hacer para nuevamente estar en competencia y remontar el quinto lugar que ahora mismo tiene después de los comicios del pasado 2 de junio?
En primer lugar, reconciliarse. Cerrar las heridas que siguen abiertas entre la militancia después de la última derrota electoral, conciliar internamente con los grupos y buscar otra vez convertirse en opción de gobierno. Se dice fácil, pero de ninguna manera lo es.
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