Por Roberto Nava.
La imposición de Xochitl Gálvez como candidata a la Presidencia de la República por el Frente Amplio por México es una muestra más, del poderío que tiene el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien finalmente demostró que sigue siendo el Maquiavelo moderno.
Sin demeritar su participación de la ex secretaria de la desaparecida SEDESOL, el país requiere un gobernante con una visión de gobierno con altura de miras, no creo que sea con micheladas, mensajes baratos, descalificaciones o acciones ridículas, la estrategia adecuada para ganar en las urnas el próximo mes de junio del 2024.
Es cierto que hablando en mercadotecnia política vende todo ese tipo de acciones, sí, pero si en verdad la oposición aspira a recuperar el poder, no tienen un rumbo definido.
Y aunque hay quienes insiste en creer que la candidatura de Xochitl fue ganada a pulso por ser la mejor y que es la mejor para poder hacer frente a la candidata de MORENA, nel, fue un gusto de López Obrador quien hizo valer lo que dijo su dedito.
La columna completa, aquí:
El dedito de AMLO y las lágrimas en MORENA (ahorainformate.com)