Opinión de Carlos Loret de Mola
López Obrador lleva todo el sexenio diciendo que el concepto de Justicia debe estar por encima de la aplicación literal de las leyes. “No me vengan con que la ley es la ley” fue la frase presidencial que se volvió referencia recurrente porque engloba esta manera de pensar.
Sin embargo, en el debate de la sobrerrepresentación, López Obrador está contradiciendo su mandamiento estrella: ahora sí quiere que le vengan con que la ley es la ley, y que el INE y el Tribunal electoral apliquen la lectura textual de un solo renglón de la Constitución para que Morena y sus aliados puedan tener el 75% de los diputados cuando sólo obtuvieron en las urnas el 55% de los votos para el Congreso.
No me voy a meter a la discusión jurídica del asunto. Esa la dejo a los especialistas. Me concentro en el concepto de Justicia al que tanto alude el presidente para erguir el pecho y presentarse como un patriarca magnánimo que rechaza a los truculentos abogados.
¿Es justo que la coalición gobernante tenga el 75% de los diputados si sólo obtuvo el 55% de los votos?
Suena a abuso, a agandalle.
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