No somos iguales, repetía ayer en el senado, el ex gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat que días después de entregar su estado a Morena, dejó su partido, el PRI, para integrarse al oficialismo. Le pagaron con una gubernatura.
No somos traidores, decía Miguel Ángel Yunes Linares, minutos después de rendir protesta como senador en reemplazo de su hijo, Yunes Márquez, y luego de entrar al recinto ovacionado por los senadores de Morena que fueron hasta minutos antes sus enemigos declarados.
El senador Daniel Barreda no se presentó a la sesión porque su padre fue detenido la madrugada de ayer por la policía de Layda Sansores en Campeche para presionarlo y que no votara en contra de la reforma, de paso detuvieron a dirigentes estatales de Movimiento Ciudadano. El líder de la mayoría, Adán Augusto López, se burla de los opositores y se comunica con Barreda para que diga que está bien, sólo olvidan decir que su padre está detenido por la gente de la gobernadora.
La senadora Araceli Saucedo por Michoacán y el senador por Tabasco, José Sabino Herrera, que fueron elegidos por el PRD con el voto de la alianza, dejaron ese partido para irse a Morena. Ayer Saucedo gritaba que ella no era traidora y, como Yunes, decía que esos votos los había ganado ella, no la coalición que la postuló.
La columna completa, aquí: