Historia de Jorge Javier Romero Vadillo
La idea de este artículo surgió de una publicación en redes del inteligente profesor de la FLACSO, Nicolás Loza Otero: “No pensé que mis sueños de juventud se harían realidad estando en vida, con la aquiescencia de la mayoría, y menos aun cuando creo que se trató, y se trata, de verdaderas pesadillas”. Loza se refería a la aprobación al vapor de las reformas constitucionales impulsadas por López Obrador, entre ellas la purga estalinista del Poder Judicial, una maniobra que recuerda las distopías revolucionarias del siglo XIX y principios del XX, cuando algunos teóricos creían que la democracia burguesa debía ser destruida y reemplazada por el poder proletario.
Esos delirios de antaño, que alimentaron atrocidades en los regímenes comunistas, comenzaron a resonar en las universidades de Europa y América Latina a partir de los años sesenta del siglo XX. La Revolución Cubana, Sartre, Althusser, Lenin, Trotski, el Che Guevara, Mao, y los manuales de Marta Harnecker se convirtieron en lecturas obligatorias para los jóvenes estudiantes que, en su mayoría, compartían la ilusión de una revolución inminente que acabaría con la democracia burguesa.
Si bien pocos realmente creían que el modelo burgués podía desmantelarse de inmediato, muchos mantenían esa idea como una meta a largo plazo, una especie de horizonte utópico. Algunos, los más fervorosos, se unieron a la guerrilla, con el sueño emular a Fidel Castro. La mayoría, sin embargo, no era insurreccional, pero alimentaba la fantasía de que algún día el pueblo tomaría el poder, destruiría al régimen capitalista y traería la verdadera democracia.
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